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Por: Percy Bustes

La Organización Mundial de la Salud estima que existen más de un millón cien mil personas en el mundo con algún transtorno de la personalidad: (dependiente, obsesivo-compulsivo, narcisista, antisocial, esquizofrénico, paranoide y trastorno límite o “borderline”). Esta cifra sin embargo, está sub registrada debido primero al sesgo que existe por parte de las familias, además que las personas en general prefieren seguir inexaminadas o están inconscientes de su realidad pero siguen sufriendo ellos y su entorno las consecuencias.

Una mujer de 50 años me contaba que cuando tenía 14 años de manera secreta, se daba tremendos atracones de comida y luego vomitaba, para deshacerse de las calorías adicionales; además se encerraba en su dormitorio y no quería ver a nadie. Sus padres la llevaron al psiquiatra y le recetaron cerros de antidepresivos (que muchas veces ni tomaba). Lo que no sabían es que en sus relaciones interpersonales actuaba de una manera errática, endiosando primero a las personas que conocía por primera vez y ante una actitud contraria a sus deseos, terminaba odiando fácilmente a esas mismas personas. Tuvo durante su vida varios compromisos (e hijos de diferentes padres) y vivió siempre con un sentimiento de abandono que no cesaba. Cuando por alguna razón pasaba por una situación agradable (una fiesta, por ejemplo), quería que esa sensación satisfactoria no terminara, por lo que bebía en exceso o se drogaba hasta las últimas consecuencias. Sus padres, al ver este comportamiento, la internaron en una clínica para el tratamiento de adicciones. Tuvo problemas con la ley por conducir en estado de ebriedad y por episodios de violencia. Las personas la evitaban y el agujero que tenía en el corazón siguió creciendo, intentando quitarse la vida varias veces.

Esta mujer decidió investigar por qué actuaba de esa manera extraña, ajena a los patrones de comportamiento comunes en la sociedad y qué podía hacer para controlarse. Con ayuda profesional, descubrió que lo suyo era un Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) o “Borderline” que en su caso, se caracterizaba por lo siguiente: 1.- Esfuerzos frenéticos para evitar el abandono real o imaginario (comportamientos excesivos para evitar que la desamparen) 2.- Relaciones interpersonales inestables e intensas (se apegan a otros de manera insensata y muy rápida) 3.- Alteración de la identidad (cambios repentinos e inesperados en sus objetivos) 4.- Impulsividad peligrosa (reacciona rápidamente, sin evaluar las consecuencias) 5.- Comportamiento suicida recurrente y autolesiones (funciona para calmar emociones insoportables e intensas) 6.- Inestabilidad emocional (cambios de humor que pueden durar minutos u horas) 7.- Sentimientos crónicos de vacío (sienten que la vida no tiene sentido) 8.- Expresiones de ira intensa e incontrolable (desencadenada por aparentes situaciones triviales) 9.- Síntomas disociativos (la persona siente que el mundo no es real) y paranoides (cree que otras personas intentan hacerle daño).

¿Cómo abordar trastornos de personalidad como el TLP?

En general, las personas son un Universo diferente en cada caso y no hay fórmulas exactas para regular las emociones y dejar de sufrir. Muchos estudiosos como Gillian Galen & Blaise Aguirre, de quienes hemos tomado varias de las ideas que aquí exponemos, nos proponen abordar los síntomas y las dificultades de la siguiente manera:

Regular tus emociones, comprendiéndolas y reduciendo la vulnerabilidad a las emociones intensas, aprendiendo formas de disminuir el nivel, la duración y el impacto de las sensaciones intensas. -Mejorar tus relaciones: Los comportamientos extraños, no tratados, pueden hacer que las personas nos eviten. Debemos traspasar las barreras que nos impiden abordar eficazmente los conflictos, que siempre van a existir. -Reevaluar la imagen de ti mismo: ¿Cuáles son mis valores? ¿Mi comportamiento, refleja estos valores? ¿Cuáles son mis objetivos? ¿Me sentiré mejor o peor después de hacer esto? -Ajustar tu comportamiento: Aunque las conductas desadaptativas pueden ser eficaces para reducir los estados de ánimo a corto plazo, en última instancia son problemáticas. -Domesticar tu pensamiento: Las personas con TLP tienden a experimentar pensamientos defectuosos e inexactos. En esto último ayuda muchísimo practicar el Mindfulness, ayudándolas a alejarse de aquello que ocurrió en el pasado y, a continuación, distrayéndola de lo que está experimentando, cambiando el punto de atención al momento presente.

Si algo de lo que estás leyendo te resuena, para ti o para un familiar cercano, yo te daría un consejo: Unete a un grupo de apoyo. A veces las personas nos sentimos aisladas de nuestra familia porque ellos están luchando con sus propios problemas mentales o están abusando de sustancias.

Finalmente, recuerda que eres hijo de Dios, creado a su imagen y semejanza, por esto necesariamente tienes la misma naturaleza que tu padre o sea, tu también eres un espíritu divino, pasando por una experiencia terrenal. Escribió Emmet Fox: “Si meditamos en este hecho lo bastante para comprender, aun parcialmente, lo que en verdad significa, la mayoría de nuestras dificultades se encontrarán resueltas y nuestras enfermedades desaparecerán, porque sus raíces hallan sustento en el temor. Si pudiésemos entender, tan sólo en parte, que esta Sabiduría Divina es nuestro vivo y amante Padre, casi todos nuestros temores desaparecerán. Y si pudiésemos comprenderlo completamente, toda cosa negativa en nuestra vida se disipará, y la perfección de nuestra existencia será una demostración de nuestra perfecta condición espiritual”.

Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor. Percy Bustes