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Por: Jaime Colpas Gutiérrez, historiador

En el atardecer del sábado 27 de marzo acudimos al Hogar de niñas y jóvenes de las religiosas de María Inmaculada en los límites del El Prado y La Concepción a la premier de la película “La Sirvienta” del director español Pablo Moreno, traída a Colombia por la Madre Laura, una monja mexicana, que es la superiora provincial en Perú, Ecuador y Colombia.

A las seis y treinta cuando la penumbra oscureció el cielo, empezó la proyección de la cinta sobre la pared sur de la plazuela del hogar que narra la accidentada vida de Vicenta María, desde su niñez, adolescencia y madurez, fundando una orden religiosa reconocida por el Papá en 1876, la que promueve a las jóvenes de bajos recursos para ser mujeres fuertes y exitosas, la cual se ha extendido por varios continentes.

En el siglo XXI una empleada doméstica de Ucrania es acusada de robo y encarcelada, y allí le narra la vida de Vicenta María a dos prostitutas españolas.

Una hora y cincuenta minutos finalizó la película, aplaudida por más de 100 personas que nos congregamos en el patio, entre las cuales se encontraban 16 niñas internas, que son la expresión de lo que quiso la Madre Vicenta María, niñas colaboradoras y disciplinadas, quienes nos atendieron con ricas crispetas y jugo de naranja.

Por ello como benefactor de la obra de la santa española, aplaudo el trabajo que diariamente hacen las religiosas de María Inmaculada bajo dirección de la Madre Cirila, en formarlas como mujeres exitosas en la sociedad con valores cristianos.

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