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Por: GASPAR HERNÁNDEZ CAAMAÑO.
Leí el diario del Cesare Pavese, escritor italiano, titulado “El oficio de vivir“, en la época de primíparo universitario. Al homónimo español, el periodista Gaspar Hernández, lo leí en los tiempos en que estudiaba temas de psicología cognitiva, como el amor. ¡Pero, oh! casualidad, un viejo amigo me trajo, entre el calor de una tarde barranquillera, los libros del italiano y del español. Y ahora los leo nuevamente.
Decidí unir ambas reseñas para compartir el ejercicio de las lecturas que ocupan, grandemente, mis tiempos de abuelo pensionado. Leyendo los aforismos, seleccionados por Hernández entre diversos autores, me encontré unos de Pavese qué demuestran la comunión fraternal que produce el arte y el oficio de vivir. Así que presentaré, dentro del espacio autoasignado, aforismos que ejemplaricen ese bautizo.
Cesare Pavese fue un escritor militante de la lucha antifascista en la Italia de la mitad del Siglo XX. Estuvo preso. Y escribió sobre poesía, novela y crítica. En una palabra: un intelectual por la libertad. Su diario -de 1935 a 1950- es el testimonio de una vida creativa. En agosto del 50 en Turín se suicidó. Ahora, 2024, la editorial Seix Barral, con introducción de Natalia Ginzburg y prólogo de Ángel Crespo, reedita el diario con el mismo título: El oficio de vivir.
Como dije, Gaspar Hernández es periodista, además de escritor premiado. Vive en Barcelona donde “dirige y presenta el programa L’ofici de Viure (el oficio de vivir) en Catalunya Rádio”, un programa sobre psicología y nueva espiritualidad”. Las páginas del libro recogen una buena cantidad de aforismos, que son breves y profundas enseñanzas de escasas y pocas palabras, de unos magníficos autores que pretenden dar lecciones del “el arte de vivir“, como es el título del pequeño volumen de editorial Luciérnaga.
Cuando leí el libro de Gaspar encontré unas páginas con aforismos de Pavese. Hallazgo que permite, una vez más, unificar ambas lecturas en la búsqueda de un punto de encuentro entre los dos. Y así sugerir tanto la lectura del diario de uno y la selección de pensamientos del otro. No tuve dificultad alguna uno y otro abordan un tema que nos fascina, como lo es el amor. Definido ese enfoque pasaré a compartir, con ustedes, los aforismos sobre el amor de autores favoritos.
Aforismos de gaspar.
1. “La gente siempre destruye lo que más ama“. Oscar Wilde.
2. “¿Qué es el bien? No es nada más que amor”. Lev Tolstoi.
3. “La hoja, cuando ama, se transforma en flor; la flor, cuando ama, se transforma en fruto”. Rabindranath Tagore.
4. “El amor es como la fiebre. Nace y se apaga sin que la voluntad intervenga en lo más mínimo”. Stendhal.
5. “El amor no es amor si se altera cuando alteración encuentra”. William Shakespeare.
6. “Amar no es mirarnos el uno al otro, es mirar juntos en la misma dirección”. Antonio de Saint-Exupéry.
7. “El amor tiene la virtud de desnudarte no a dos amantes el uno frente al otro, sino cada uno de los dos delante de sí”.” En cuestión de amores solo se toleran los propios”. Cesare Pavese.
8. “Cuando lleguemos al final de nuestra vida y miremos atrás, lo único que tendrá importancia será: cuál fue la cálidas de nuestro amor“. Richard Bach.
9. “Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay”. Emilio Dickinson.
10. “El químico capaz de extraer de su corazón los elementos compasión, respeto, deseo, paciencia, arrepentimiento, sorpresa y perdón, y de combinarlos en uno, habrá creado el átomo que se llama amor”. Gibran Khalil Gibran.
11. “Amo a aquellos que sueñan con cosas imposibles”. Johan Wolfgang Von Goethe.
12. “La belleza no hace feliz a quien la posee, sino a quien puede amarla y adorarla”.” La felicidad es amor, no es otra cosa. El que sabe amar es feliz”. Hermann Hesse.
13. “Solo el amor y el arte hacen tolerable la existencia”. William Somerset Maugham.
Ultimo texto de pavese.
El 18 de agosto de 1950, a pocos días de suicidarse, Cesare Pavese escribió en su diario el último texto. Es el siguiente:
“Siempre sucede lo más secretamente temido.
Escribo: Oh Tú, ten puedas. ¿Y después?
Basta un poco de valor.
Cuando más preciso y determinado es el dolor, más se debate el instinto de vivir, y se debilita la idea del suicidio.
Parecía fácil, al pensarlo. Y sin embargo hay mujercitas que lo han hecho. Hace falta humildad, no orgullo.
Todo esto da asco.
No palabras. Un gesto. no escribiré más“(pág. 403).
Tienen, entonces, ideas y palabras para definir si vivir es un oficio. O mejor, SI es un arte. Lo cierto es que vivir es amar, no sólo lo imposible, sino lo posible. Ahí se las dejo.
La próxima: De la alegría decretada a la tristeza reflejada.
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