Telatiroplena.com, periodismo serio, social y humano.

Por: GASPAR HERNÁNDEZ CAAMAÑO.

Para esta época de Navidad y Fin de Año, se ha hecho costumbre la divulgación, a nivel global, de los resultados sobre los índices de felicidad en las Naciones. El más reciente señala a Costa Rica como el país más feliz de América Latina, aunque ocupó el puesto 12 en el Ranking Mundial, encabezado por Finlandia. Uruguay, Chile y Brasil se destacan, en dicha encuesta, por su calidad de vida.

Gallup, firma responsable de la citada encuesta, estableció para su evaluación las siguientes condiciones para medir el nivel de felicidad: salud, bienestar, educación y entorno natural. Los países más destacados en esos factores, todos externos, han sido o son los del Norte de Europa, como: Dinamarca, Islandia, Suecia, Noruega, Suiza, Luxemburgo, Países Bajos y, el primero, Finlandia. Todos con calidad de vida reconocida.

Ahora bien, tales condiciones deben ser garantizadas por las autoridades estatales y las organizaciones privadas. Pero, ¿Qué ocurre en la dimensión o compromiso individual para alcanzar la felicidad? Frente a tal interrogante decidí leer el libro “las 6 hormonas que van a revolucionar tu vida“(Planeta), del conferencista sueco David JP Phillips, en el que se estudian: la dopamina, la oxitocina, la serotonina, el cortisol, las endorfinas y la testosterona.

Según el autor un “cóctel” de estas hormonas puede ayudar, a cada persona, a potenciar lo mejor de sí mismo, lo que las convierte en algo por conocer y, obvio, estudiar, si deseamos ser felices. De allí que cuando te sientas “BIEN CONTIGO”, dicho cóctel personalísimo te enseñará qué “no existen trucos para alcanzar la felicidad. la felicidad es un estilo de vida“(ver pág 224).

Bajo esta perspectiva veamos qué nos aporta o, mejor, qué significa para una vida feliz cada una de esas hormonas, que cada quien posee. Así:

1a. Dopamina. Se evidencia cuando estamos satisfecho con las maneras cómo vivimos. Se genera lenta como rápidamente cuando sentimos placer, motivación, deseos y emociones “positivamente”. Es la expresión de energía positiva. Se produce al caminar, tener buen sexo, leer, ver cine, dormir en cama cómoda. La dopamina hay que equilibrada para estar “mono cuco”, como decimos los killeros.

2a. Oxitocina. Esta hormona es la que no nos permite perder nuestra capacidad de asombro frente a los acontecimientos de todo lo humano. Nos conecta socialmente. Por ella somos empáticos, generosos. Nos hace vivir con los buenos y grandes recuerdos del vivir. La notamos al abrazar, al asumir el sexo de la mejor manera. La música suave es una gran generadora de Oxitocina, igual que la meditación.

3. Serotonina. El buen ánimo es la muestra de este “neurotransmisor”. Nos permite vivir en armonía. Lo que nos hace eufórico, amorosos, amantes del sol, entusiastas y excitados en todo aquellos que satisface nuestro paladar. Vivir sonrientes, reír cuando es necesario, “nada de caraépalo“. Tener conciencia de lo que somos y acostumbrarse al mejor sexo, el calmaito, sin violencia y egoísmo. Tomar la vida con “calmita”, como dice una querida amiga iluminadora.

4. Endorfinas. Son, como su nombre indica, nuestras productoras de morfina, el “opiáceo” que nos pone a dormir como el dios griego Morfeo y alivia los dolores, en especial el de los “corazones rotos”. Bailar hasta sudar, comer picante, masticar chocolate negro. Y nunca olvidar el buen sexo, son expresiones que nos alejan de sufrir. Evocar los mejores recuerdos e ir a cine a compartir historias de guerras y grandes amores. 

5. Testosterona. La descubre al visitar al urólogo, porque se mide en laboratorios clínicos. Es la hormona de las victorias corporales, la de las conquistas deportivas, agresivas. Nadie logra tener “buen sexo” sin un índice satisfactorio de testosterona. Por ello hay que alimentarse mejor cada día e impedir el desgaste corporal, más allá de lo básico. Es decir, es la hormona del liderazgo personal. Se siente al ser ganadores. 

6. Cortisol. Para el autor, “es, quizá, la hormona más importante del cuerpo humano”. Es la liberadora de adrenalina, que nos pone enérgicos e incrementa el ritmo cardíaco. Su conocimiento contribuye a reducir el estrés y la ansiedad. Cambiar las perspectivas y vivir relajado, es decir “cero estrés“, salir de la zona de confort y jamás olvidar que los humanos somos animales sexuados. decidirse a vivir.

Cómo es evidente la felicidad es un estilo para el buen vivir. Y para ello debemos descubrir quiénes somos. Estas hormonas cambian vida, y nos ayudan a despertar iluminados.

La próxima: La poesía.

Nota: el contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor.