Sexta entrega, Iconos de Barranquilla.

Cuenta la historia, que a diferencia de casi todos los pueblos, Barranquilla no tuvo un personaje, ni fecha de fundación; sino que fue conformándose paulatinamente, con moradores aledaños, especialmente de Galapa, sobre unas lomas llamadas ya “Barrancas de San Nicolás”, situadas en la margen izquierda del río Magdalena, cerca del Océano Atlántico.

Desde sus inicios Barranquilla recibió con los brazos abiertos a los visitantes.

Estas tierras eran comandadas, primero por D. Nicolás de las Heras y Pantoja, del Cabildo de Cartagena y Posteriormente, por D. Nicolás de Barros y Guerra, excelentes ciudadanos  católicos, muy devotos de San Nicolás, que se interesaban por el bienestar social y espiritual de estos colonos de las Barrancas, gente sencilla y buena.

En Barranquilla siempre se ha practicado la hospitalidad.

Por los años 1629 Barranquilla todavía era una aldea de chozas, con su primera iglesia, también de bahareque y techo de paja, bajo la advocación de San Nicolás, ubicada en la esquina de la calle 32 con la carrera 44 y atendida por el párroco de Galapa, de vez en cuando.

En siglo XVIII, la Aldea de chozas, mejora su edificación, usando mampostería y la iglesia de bahareque de San Nicolás, se construye también con ladrillos, pero ubicada ya en el lugar que lleva su nombre “Plaza de San Nicolás”, entre las carreras 41 y 42 con calles 33 y 34. Su primer párroco fue  el Padre  Luis de Suarez.

En 1747, la iglesia de San Nicolás es elevada a  categoría de parroquia, siendo así la primera, por monseñor Bernardo Ariza Ugarte, Obispo de Cartagena.

En esta iglesia se guarda parte de la historia de la querida Barranquilla, y debiera ser lo más preciado para los gobernantes y la comunidad de la ciudad.

Muchos habitantes de esta ciudad, siempre buscan en la iglesia de San Nicolás, ese gran refugio para dar gracias, pedir a Dios y a los Santos, protección, prosperidad y salud.

Por todo lo anterior La Iglesia de San Nicolás es un Icono de Barranquilla.

Leave a comment