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Por: Alfredo Felipe Martínez Agamez 

Lectura del santo evangelio según San Mateo 5, 13-16 “Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo”

Es impresionante ver como en estos tiempos la salud mental es más que un problema de Estado, nos muestra lo fuerte que esta el mundo, millones de jóvenes se hallan inmersos en situaciones bastante problemáticas como las drogas, alcoholismo, delincuencia y muchas enfermedades mentales producto del abuso de las redes sociales y los móviles.

Las distintas economías subterráneas o del bajo mundo, se imponen, imperan, se convierten en referentes de la economía a seguir o copiar, y han permeado todo, hasta el punto de mover miles y billones en los diferentes mercados. Lo peor es que sigue en aumento y la legalidad queda como última alternativa.

De igual manera, observamos como los estamentos que en el mundo deben propender por la paz, no hacen nada, las guerras en diferentes partes del mundo poco a poco destruyen a la humanidad.

Colosenses 4:6 “Que vuestra conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada persona”

El ser humano pareciera estar corrompido en su máxima potencia, no vemos que existe el respeto, el amor y deseo por cambiar las conductas dañinas donde predomina el egoísmo, el terror y la humillación hacia el más débil.

Ya, dejamos de ser sal de la tierra y para la tierra, la sal con todas sus propiedades en algunos millones de corazones deja de ser sal que bendice y se convierte en sal que maldice.

Soñamos y hasta llegamos a creer en una utopía, que mañana seamos mejores seres humanos y podamos vivir en un mundo lleno de paz, igualdad y amor.   

“Siendo la ‘sal de la tierra’, somos también la ‘luz del mundo’ y nuestra luz no se debe esconder” Mateo 5:13-16

Nota: El contenido de este artículo, es opinión y conceptos libres, espontáneos y de completa responsabilidad del Autor.